Otra definición posible.- “Cultura” es una de las palabras más ambiguas (más de 200 definiciones diferentes) y menos precisas del vocabulario, lo que genera que todo pueda ser calificado con este nombre. Hemos visto como se ha hablado de “cultura culinaria”, “cultura deportiva”, “cultura como saber”, “cultura como civilización frente a barbarie”, etc. Una propuesta de izquierda tiene que proponer una delimitación, establecer un significado específico para saber de qué se está hablando. Así, podríamos empezar por considerar la cultura (desde esta perspectiva de izquierda), y al margen de las consideraciones antropológicas, sociológicas y morales, como el conjunto de enunciados y prácticas que operan en el imaginario social y en el marco de las significaciones sociales ampliando el conjunto de los mundos posibles y del desarrollo vital de los seres humanos. Esto quiere decir que no es cultura ni las costumbres, ni el saber hacer, ni las tradiciones: procesos todos ellos que se reproducen idénticos, que están ya definitivamente instituidos. Precisamente la cultura (desde la perspectiva de la izquierda), al contrario que todas estas actividades, son procesos dinámicos, no estáticos. Lo estático ya se ha hecho sociedad y es imposible separarlo. Igual que muchas normas morales se han hecho leyes y han dejado de funcionar en la esfera moral. Así, pues, cultura no es los hábitos alimenticios, las actividades que se realizan durante el tiempo de ocio, las fiestas populares. Eso es sociedad. Cultura es producción de sociedad (no reproducción), por tanto, ampliación del horizonte en el que vive la sociedad.
En este sentido, se considera cultura aquí (y, por tanto, es posible hablar de una política cultural) a todas aquellas actividades encaminadas a ampliar, profundizar, redefinir, etc. el mundo que vivimos. Las artes en general, así como otro tipo de acontecimientos colectivos, que no estén ya articulados política o económicamente, formarían el contenido de lo que llamamos cultura.
Política cultural.- Se considera “política cultural” al diseño y orientación de la producción de ese conjunto de enunciados que amplían el conjunto de los mundos posibles y que realizan instituciones públicas (ayuntamientos, comunidades, etc.), colectivas (asociaciones vecinales, asociaciones sin ánimo de lucro) y privadas (fundaciones, empresas, etc.).
Propuesta 1. Cultura participada.- La política cultural deben realizarla todos aquellos que tienen interés en participar. Por tanto, hablamos de cultura participada cuando se considera que tanto los recursos (técnicos, económicos, etc.) como los contenidos pueden ser decididos en espacios colectivos. La co-gestión de centros, la elaboración colectiva de los presupuestos de cultura y la programación colegiada son instrumentos adecuados para el desarrollo de esta cultura participada.
La Co-gestión de centros supone dotar de un órgano de dirección participado a cada uno de los centros culturales y espacio disponibles para la actividad cultural de las instituciones públicas. Esto significa que cada una de las asociaciones inscritas en los registros municipales pondría a un responsable (no siempre necesariamente el mismo) a este órgano encargado de programar la actividad cultural, asignar los espacios, y responsabilizarse del mantenimiento de los centros. A su vez, estos centros municipales se vincularían a una red comarcal, igualmente co-gestionada, que permitiría que las programaciones circularan por toda la comarca haciendo posible la reducción de costes y una mayor eficiencia.
Elaboración colectiva de presupuestos de cultura. De la misma manera, el presupuesto municipal asignado para cultura puede ser debatido colectivamente, estableciendo los criterios que se utilizarán, y especialmente la asignación de partidas económicas para las distintas actividades que se quieren realizar.
Programación colegiada.- La decisión de qué actividades se van a realizar en los centros debe ser decidida por todos aquellos que quieran participar. Los proyectos se presentarán y una comisión compuesta por integrantes de colectivos señalará cuáles se programan. Una vez más se pueden establecer criterios de valoración que incluyan al público.
Propuesta 2. Traer la cultura a la Comarca Sur.- Los espacios e infraestructuras que pueden desarrollar actividades culturales deberían ofrecer formas de uso para compañías en régimen de residencia, espacios de ensayo, espacios de producción (TV, Estudios de cine, salas de montaje, etc.), lugares de trabajo común. Todo lo que se realice en estas formas de colaboración tiene, de por sí, un interés en tanto que lugar de referencia cultural y como laboratorio permanente de propuestas, pero –además- puede ser compensado mediante la realización de actividades de todos aquellos que se han beneficiado de este régimen de colaboración: los municipios tendrían así un catálogo de recursos culturales que podrían utilizar en sus programaciones culturales y educativas. Frente a la insistencia en el turismo como motor de la economía municipal, la lucha por otra cultura como motor de desarrollo integral de la ciudad.
Propuesta 3. Una formación cultural.- En la Comarca Sur y en otros pueblos y municipios funcionaron (y aún funcionan aunque con otros contenidos a los pensados aquí) las Universidades Populares. Se trataba de un modelo interesante de dotar a los habitantes de las ciudades donde estaban ubicadas, de una formación alternativa a la formación académica o reglada. Un modelo así para la Comarca Sur resulta fundamental en tanto que: a) sería, en efecto, una formación alternativa; b) el trabajo formativo produciría recursos de programación para los centros culturales; y c) atraería a una población flotante de miles de personas, constantemente renovadas, que participaría en la vida de los municipios aportando saberes y propuestas y recibiendo saberes y propuestas. El profesorado podría integrar a personas jubiladas que, sin embargo, tienen una trayectoria y unos conocimientos que pueden resultar interesantes para esta labor, así como al profesorado de las distintas universidades que están ya ubicadas en la Comarca Sur. El diseño y gestión de esta remodelada Universidad Popular sería la misma que la señalada en la propuesta 1.
Propuesta 4. Centro de Cultura Popular.- En la Comarca Sur sería importante utilizar un espacio municipal, cogestionado por distintos ayuntamientos (y siguiendo el modelo de la propuesta 1) que tratara de levantar un museo de los trabajadores (según fórmulas muy interesantes que no se limitaran a la mera exposición de objetos en vitrinas y de cuadros[1]. donde se recogiera la historia vital y cultural de los trabajadores de la Comarca Sur (memoria e historia), una gran sala de exposiciones en la que se alternarían las temáticas universales (por ejemplo, “Los trabajadores en la India y su relación con las grandes empresas”, “ENDESA en Latinoamética”, etc.) y las locales (Historia de TRABENCO, etc.). Mediateca (películas, documentales, coloquios, etc.), bibliotecas y hemeroteca puede componer un Archivo General del Movimiento Popular.
Propuesta 5. Centros tecnológicos.- Se trataría de concentrar en la Comarca Sur suficientes recursos en infraestructuras para que ciudadanos, colectivos y empresas culturales tuvieran la posibilidad de desarrollar proyectos de cultura digital que, como los laboratorios, estuviesen capacitados para gestionar sus productos, asignando una parte de los beneficios a tareas de reinversión en equipos y en mantenimiento de instalaciones.
[1]
Véase, por ejemplo, la exposición “Principio Potosí” que se realizó en el MNCARS de Madrid en 2010: Hasta el 6 de Septiembre de 2010 estará en el MNCARS de Madrid la exposición Principio Potosí. ¿Cómo podemos cantar el canto del Señor en tierra ajena?, un insólito experimento de cómo el museo puede dejar de ser un espacio de circulación de obras artísticas para convertirse en un centro de producción crítica de nuestra sociedad. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=111454